Dana Greenfield, MD, PhD

El término “paliativo” proviene de la palabra en latín “pailliare”, que significa “encubrir”. En otras palabras, los cuidados paliativos funcionan como una capa adicional para ofrecer alivio y atención. Colaboramos con los oncólogos de cabecera de los pacientes y trabajamos estrechamente con psicólogos y psiquiatras de nuestro Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento, así como con profesionales de la medicina integrativa y la atención espiritual. Nuestro trabajo es interdisciplinario y holístico, elaboramos planes de atención que integran la mente, el cuerpo y el espíritu.

También ayudamos a las personas que se enfrentan a circunstancias difíciles y a una profunda incertidumbre, para que puedan aclarar los objetivos y valores del tratamiento. A medida que nos relacionamos con nuestros pacientes y sus familias, vamos conociendo sus necesidades y preferencias. Nuestra prioridad es ayudar a los pacientes para que tomen decisiones y reciban una atención que vaya en línea con sus valores y objetivos, a la vez que maximizamos su calidad de vida. Tener un hijo o un joven adulto con cáncer puede ser una experiencia increíblemente aislante y desalentadora. Mi deseo es que los pacientes se sientan más tranquilos y comprendidos después de reunirse con nuestro equipo de cuidados paliativos y tratamiento del dolor, y que podamos hacer que su camino sea un poco más agradable.

La motivación que tuve para dedicarme a los cuidados paliativos fue cuando me formaba en pediatría y trabajaba con muchas familias que se enfrentaban a lo inimaginable: la enfermedad grave de un hijo. Mi práctica también está sustentada por mi formación y trabajo como antropóloga médica. Tanto la antropología como los cuidados paliativos nos invitan a comprender a los pacientes en sus contextos familiares y sociales más amplios, y cómo los niños y sus familias se enfrentan a circunstancias dolorosas. Los cuidados paliativos nos permiten acompañar el profundo dolor de las familias, así como también su alegría, ayudándoles a que cada día sea el mejor posible. Mi objetivo es acompañar a los niños y a sus familias a lo largo de su enfermedad teniendo en cuenta este enfoque holístico del bienestar. Es un gran honor y privilegio hacer este trabajo.

Fuera del trabajo, encuentro consuelo en la naturaleza. Me encanta hacer senderismo entre las secuoyas y la costa del norte de California, mi antiguo hogar, y explorar la naturaleza urbana de la ciudad de Nueva York. Cuando no puedo salir al aire libre, la música es mi otro hogar espiritual. Amo cantar y hacer música con mi familia.