Como hospitalista nocturno o nocturnista en uno de los hospitales oncológicos más destacados del mundo, me especializo en la atención de pacientes con cáncer en estado grave que requieren hospitalización. Muchas de las afecciones que trato son complicaciones de los cánceres o tratamientos de los pacientes, incluido el síndrome de lisis tumoral, la compresión de la médula espinal, la fiebre neutropénica y la hipercalcemia de tumores malignos que necesitan evaluación y tratamiento urgentes. Las personas con cáncer suelen tener varios problemas médicos y presentarse al hospital sin motivos oncológicos para su admisión. Me especializo en la atención médica integral de personas con cáncer, que sufren ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca, EPOC, tromboembolismo venoso, hemorragia gastrointestinal y enfermedad renal terminal. La posibilidad de atender distintas afecciones que afectan múltiples sistemas de órganos y las interacciones entre estos sistemas es lo que me atrajo para practicar la medicina hospitalaria. Además, me atrajo el compromiso institucional con la atención orientada al paciente que respeta las preferencias de los pacientes y la comunicación compasiva, fundamental para la misión del MSK.
En el ámbito de la investigación, me centro en preparar a los estudiantes, a través de simulación e información, para las emergencias hospitalarias más frecuentes que hay por la noche. Con ese fin, superviso a pasantes de año de transición que reciben formación en medicina interna y a proveedores de prácticas avanzadas. Presto especial atención al desarrollo de métodos de diagnóstico y marcos de control para eventos nocturnos frecuentes que suceden en el entorno hospitalario. El reconocimiento inmediato del deterioro de un paciente puede marcar efectivamente la diferencia entre la vida y la muerte, algo que me tomo muy en serio todas las noches que vengo a trabajar.
Un hospitalista es un médico con formación especializada en el cuidado de personas hospitalizadas.
