La radioterapia puede dañar tanto las células normales como las células cancerosas, por esta razón, nuestros oncólogos de radioterapia planifican los tratamientos con mucho cuidado para minimizar los efectos secundarios.

Los efectos secundarios más habituales de la radioterapia de haz externo incluyen:

• cambios en la piel y el cabello en el área que se está tratando
• fatiga
• pérdida de apetito

En la mayoría de los casos, estos efectos son temporales, pero debes informar a tu médico o enfermero sobre ellos para que te revisen.

Algunos efectos secundarios de la radioterapia de haz externo son específicos del lugar donde se administra la radiación.

• La radioterapia en la cabeza y el cuello puede causar sequedad en la boca, dificultad para tragar, llagas en la boca y las encías o rigidez en la mandíbula.
• La radioterapia en el pecho puede provocar dificultad para respirar, dolor en las mamas o los pezones o rigidez en los hombros.
• La radiación administrada al abdomen puede causar náuseas, vómitos o diarrea, mientras que la radiación a la pelvis puede causar sangrado rectal, incontinencia y problemas sexuales.

Los efectos secundarios de la braquiterapia son similares a los observados con la radioterapia de haz externo, aunque por lo general son menos intensos. Además, puedes tener hinchazón, moretones o sangrado en el lugar donde se implantaron las semillas. En general, estos efectos secundarios desaparecen a los pocos días de finalizar el tratamiento.

Independientemente del tipo de terapia, nuestros médicos y nuestros enfermeros tienen mucha experiencia en ayudarte a controlar cualquier efecto secundario que puedas tener. Pregúntale a tu equipo de atención sobre los posibles efectos secundarios antes de que comiences tu tratamiento.